tún gran desviación aparente. El domingo 7 de mayo, el Partido Republicano (extrema derecha) se ha consolidado como la primera fuerza política de Chile, al obtener el 35% de los votos de los electores y casi la mitad de las curules del Consejo Constitucional. El órgano encargado de ayudar a exigir una nueva ley fundamental, convocado a sesionar a partir del miércoles 7 de junio, estará así dominado por un defensor de un Estado reducido a la mínima expresión, ultraconservador y con filiación en parte asumida con la dictadura de Augusto Pinochet ( 1973-1990). Esta formación tendrá un preciado derecho de veto dentro de un Consejo que todavía supone enterrar definitivamente el texto actual, suministrado por la dictadura.
Paradoja adicional: el Partido Republicano siempre se ha opuesto a la idea de una nueva Constitución, requerida por casi el 80% de los votantes en un referéndum en 2020. Un primer intento de reforma constitucional había resultado en el rechazo del texto sometido a votación en Septiembre de 2022. En el proceso, los partidos coincidieron en la necesidad de relanzar un proceso de redacción -con excepción del Partido Republicano, por tanto-. Pero el escrutador del 7 de mayo saca a relucir un paréntesis adicional. La extrema derecha triunfa incluso cuando la izquierda gobierna el país desde marzo de 2022. El presidente Gabriel Boric, de 37 años, el jefe de Estado más joven en la historia de Chile, hizo campaña en un proyecto progresista, feminista y ambientalista, destinado a establecer nuevos derechos sociales en las zonas. de salud, educación y pensiones.
Estos resultados pueden explicarse en primer lugar por la desconfianza hacia los partidos tradicionales. Esta realidad, revelada en las encuestas de opinión, había caracterizado la revuelta social de 2019 –en el origen de esta reformulación constitucional– nacida fuera de los cauces políticos. La misma desconfianza había marcado, en 2021, la elección de la anterior Asamblea Constituyente: estaba compuesta mayoritariamente por independientes. “Pero esta vez, el outsider son los republicanos, porque nunca han gobernado”, señala Claudia Heiss, politóloga de la Universidad de Chile y responsable de audiencias públicas de la Secretaría de Participación Ciudadana. El Partido Republicano, fundado en 2019, surgió de una escisión en la derecha tradicional, en respuesta. Con el voto obligatorio, los votantes que no estaban muy movilizados políticamente eligieron un partido que creían que no estaba asociado con el establecimiento. Además, los temas que más preocupan actualmente a los chilenos, la inseguridad y la inmigración, han representado pan santo para la extrema derecha, de los cuales estos son los temas de predilección.
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