Fue una figura clave en la historia peruana, y entre la izquierda latinoamericana, una figura casi icónica, un tayta –padre, en quechua–, aureolado por sus decisivas batallas a favor del acceso a la tierra de los campesinos en la década de 1960, a gritos de “la tierra o el muerto”. Hugo Blanco, incansable activista con múltiples vidas, falleció el domingo 25 de junio, en Suecia, donde residen dos de sus hijos, a la edad de 88 años.
Criado en un pueblo de los Andes, Hugo Blanco nació en 1934 en la provincia de Paruro (región de Cuzco, sureste) en una zona rural, de padre abogado y madre pequeña terrateniente. Fue un líder campesino al frente del movimiento social más importante del siglo XXmi siglo a favor de la reforma agraria, preso, luego exiliado político, defensor del medio ambiente y de los derechos de las poblaciones indígenas.
En 1954, a los 20 años, estudió agronomía en Argentina, donde se acercó a los círculos trotskistas. A su regreso al Perú a fines de la década de 1950, se afilió al Partido Revolucionario de los Trabajadores, pero se sentía más cercano a los campesinos que a los trabajadores. “Son la vanguardia, de ellos debe partir la revolución”, nos confió en 2015 en Cuzco, vestido con su eterno sombrero de paja y su ojotas (sandalias tradicionales), su rostro jovial enmarcado por una larga barba blanca impecablemente recortada.
El “Che Guevara peruano”
A mediados del siglo XXmi siglo, los campesinos trabajaban por salarios de hambre, a veces en una situación de cuasi-esclavitud en el latifundios, grandes fincas, para hacendados, terratenientes que se apropian de las tierras más fértiles del país. Una estructura agraria heredada de la época colonial, y que, en la década de 1960, estuvo al borde de la implosión. “El racismo, los malos tratos, las violaciones eran moneda corriente en las haciendas”, dijo Hugo Blanco.
Cuando estallaron focos de revuelta en el sureste del país, Hugo Blanco acudió allí y se unió al sindicato de campesinos de Chaupimayo, en la provincia de Convención, en la región de Cuzco, que iba a ser el foco de la protesta. En 1962 asumió como secretario general de la federación de trabajadores campesinos del departamento. Se inicia un duro golpe. Inicialmente, la revuelta pretendía denunciar los abusos de hacendados, luego se concentra en “apropiarse de la tierra”.
Hugo Blanco es designado para organizar la autodefensa armada contra la represión del gobierno militar. Durante una captura en una comisaría, evita por poco una bala y mata a un policía. Fue hecho prisionero en mayo de 1963. Procesado por homicidio, evitó la pena de muerte gracias a una campaña internacional, en la que participaron Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre. En Europa, se llama el “Che Guevara peruano”.
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