La Unión Europea ha registrado, tras varios años de intensas negociaciones, el pacto migratorio, uno de los proyectos más tensos que se han generado en el bloque comunitario a partir del reducido número de empadronados en la UE registrados en 2015. Se trata de un paquete de regulaciones que crean una nueva arquitectura para la gestión de inmigrantes. En los últimos días se han desarrollado negociaciones entre el Consejo de la UE —bajo el liderazgo de España, que ostenta la presidencia hasta el 31 de diciembre— y el Parlamento Europeo, con la asistencia de la Comisión Europea, los líderes políticos comunitarios han publicado un nuevo texto legal. que apoya los requisitos de la acogida de solicitantes de asilo y establece que parte de los peticionarios de esta protección que recalan en el mar de la UE esté asegurada para todos los países comunitarios.
Francia, que en los últimos días había manifestado algunas reservas sobre los puntos generales del pacto, puso fin a los trabajos de salvamento de un tema, la gestión de los flujos migratorios, que está en el origen de graves problemas políticos internos y que, sin Duda, un tema predominante en las elecciones europeas del 6 de junio, por lo que las sondas tienen un aumento de las fuerzas de ultrarecha en todo el entorno de la UE.
El nuevo pacto, que regula todas las etapas de la cadena, desde la legislatura del solicitante de asilo en el territorio comunitario hasta su adhesión o solicitud, y que pretende sustituir y apoyar la legislación actual, llevaba años callado. La Comisión Europea presentó su propuesta normativa en 2020. Pero recién en junio el Consejo de la UE pudo adoptar una posición común sobre uno de los temas más controvertidos, el asesoramiento obligatorio de los abogados de asilo para distribuir entre todos los miembros de la sociedad y aquellos que están regulados. . en dos reglamentos. En octubre, el Veintisiete se esforzará por mantener su posición sobre el quinto y el último reglamento «situaciones de crisis e instrumentalización» para el paso, así como la negociación entre los dos colegisladores de la UE para fijar un texto legal definitivo.
El pacto migratorio se compone de cinco normas: el control y tratamiento de los datos de los migrantes, el control de las fronteras exteriores, la supervisión judicial y remedios necesarios, la administración de la crisis y la gestión y atención de los solicitantes. asilo. Esto último es crucial porque en la normativa actual es el que corresponde a los países que producen la primera entrada de inmigrantes en la UE, el que está en primera línea hacia países como España, Italia o Grecia.
Este reglamento establece ese concepto de «solidaridad obligatoria pero flexible» y marca que los solicitantes de asilo o el pago de 20.000 euros tendrán sumas de redistribución para la persona del municipio en el caso de que un Estado devuelva el flete de la parte que la toca. Las empresas también pueden aportar medios materiales o asumir la gestión de personas que se encuentren en su territorio una vez que ingresan desde otro lugar y su gestión corresponde a otro; una de las reivindicaciones de países como Alemania u Países Bajos, que será el destino de una parte importante de los solicitantes de asilo que se verán reflejados por la UE en los llamados «movimientos secundarios» que marcan el pacto.
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