Dos goles, los goles del partido, dijo a Diego Milito (Quilmes, Argentina; 43 años) en el héroe de la última final de la Champions que ganó el Inter de Milán, al Bayern (2-0). Sucedió en el Bernabéu, el 22 de mayo de 2010, entre un Inter que opuso y un Bayern que dominó. La misma dicotomía que se vislumbra en Estambul entre un Inter que se fortifica y un City que se proyecta asaltar la ciudadela.
Pregunta. ¿Cómo afrontó la soledad de esperar tantos minutos el momento del ataque en el Inter de Mourinho, cuando el Barça y el Bayern dominaban? ¿Los delanteros viven mejor así, o metidos en campo contrario como Haaland en el City, que no tiene apenas hueco para desmarcarse?
Respuesta. Lo primero que tiene que tener un délantero es la capacidad de adaptación. Los grandes saben buscarse la vida solos, y saben que si su equipo es dominante pueden tener más ocasiones, pero la tendrán en espacios reducidos. Aumenta la dificultad pero aumenta las llegadas y la gente en el área, y esto también te brinda la posibilidad de moverte para generar espacios que permiten a tu equipo hacer goles. El Inter de 2010 se quedó agarrado en la retina como equipo defensivo para la Vuelta a Barcelona. La realidad es que nosotros éramos muchos más atacantes que defensores. Ocurren dos cosas, primero que stratégicamente necesitábamos que el rival nos atacara para poder contragolpear; y segundo, que enfrente usar dos super equipos. Aquel Bayern y aquel Barcelona en algún momento dominaste. Fueron dos de los mejores equipos de la historia del fútbol sin ninguna duda. Muchas veces tienes que adaptarte a esas situaciones. Muchas veces me tocó jugar en soledad. Pero nuestras características fueron de atacar. Muchos partidos los jugamos con Maicon, con Sneijder, con Pandev, con Eto’o y conmigo. Básicamente cuatro delanteros.
Puedes leer la entrevista completa de Diego Milito en este entrelazado.