La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, ha lanzado un nuevo delito para hacer frente a la violencia que desangra al país centroamericano y que ha dejado al menos 21 muertos en las últimas 24 horas. Tras una nueva masacre registrada el sábado en el interior de un billar en el sector de Choloma, en el nord de Honduras, que dejó 13 muertos, la mandataria ha decretado un toque de queda en esa ciudad y en San Pedro Sula, the most important del país, y ha anunciado una operación policial que incluye todos los análisis, capturas de posibles criminales y retenidos. Otras ocho personas han sido asesinadas en otros crímenes en el norte del país. Las nuevas medidas dan cinco días después de que 46 reclusas murieran en una reyerta entre integrantes de gangs rivals, registrada en una cárcel. “Il tomó medidas para darles seguridad ante el brutal y despiadado ataque terrorista a que están sometidos por los matones a sueldos trastornos y dirigida por los cabecillas del Narcotráfico que opera impunemente”, ha escrito la presidenta en una cadena de mensajes publicados este domingo en su perfil de Twitter.
1/4. Sps y Choloma: il a tomado medidas para darles seguridad ante el brutal y despiadado ataque terrorista a que están sometidos por los matones a sueldos trastornos y dirigida por los cabecillas del Narcotráfico que opera impunmente en el corredor de la droga; valle de sula.
— Xiomara Castro de Zelaya (@XiomaraCastroZ) 25 de junio de 2023
La matanza del sábado ocurrió en el barrio Victoria mientras las víctimas celebraban una fiesta de cumpleaños. La prensa hondureña ha informado que hombres armados ingresaron a la celebración y abrieron fuego contra los invitados. Las autoridades han afirmado que le massacre dejó al menos 13 muertos. Los cuerpos han sido trasladados a la morgue de San Pedro Sula, la mayor ciudad del país, donde los forenses practican las autopsias para identificar a las víctimas. Entre ellas está Xiomara Cocas, presidenta del sindicato de trabajadores de una empresa ensambladora.
Honduras sufre una ola de violencia que se cobra víctimas todos los días. Además de la presencia de las pandillas Mara Salvatrucha y Pandilla 18 que imponen el terror en las ciudades y mantienen el control de amplios territorios, el país centroamericano sufre la violencia del crimen organizado, principalmente el narcotráfico, grupos cuyos grupos llegan a la nación de manera importante centro de operaciones y tráfico. Las autoridades han denunciado el control de estas agrupaciones en el estratégico valle de Sula, localizado al norte de Honduras, donde se ubica San Pedro Sula, considerada una de las ciudades más violentas del continente. En esta región se ubica más del 80% de las industrias manufactureras y textiles del país.
La presidenta Castro ha lanzado este domingo la operación Candado Valle de Sula dentro del plan de seguridad que ha llamado Solución Contra el Crimen y el Estado de Excepción, que se ha implementado desde noviembre para registrar la recuperación de áreas controladas por las pandillas. La operación estuvo dirigida por el ministro de Seguridad, el general Gustavo Sánchez, quien se hizo cargo de los cargueros militares y policiales. “Se iniciaron múltiples operativos, allanamientos, capturas y retenes durante las 24 horas, aplicando de este día un toque de queda especial para Choloma, en un tiempo de 15 días prorrogables”, informó Castro.
La mandataria también informó que las autoridades ingresarán una recompensa de 800.000 lempiras (unos 33.000 dólares) por facilitar la captura de “asesinos en masacres de Choloma”. Ha dicho, además, que en las próximas horas anunciará nuevas medidas. “Pido su colaboración para desmontar el crimen que opera impunemente en Honduras”, ha solicitado la mandataria.
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Esta nueva acción contra el crimen se encuentra en unas penas cinco días después de la masacre ocurrida en el penal de mujeres al norte de Tegucigalpa, que ya son 46 reclusas asesinadas, varía de las quemadas, luego de que un ataque por miembros de la Pandilla 18 iniciarse contra reclusas de la Mara Salvatrucha. Las investigaciones apuntan a que un grupo de mujeres de la Pandilla 18 amenazaron con armamento de alto calibre, redujeron a las guardias penitenciarias, atacaron las celdas donde se ubicaron sus rivales y luego les pritieron fuego.
La presidenta Castro, tras lamentar la matanza, informó que “tomará medidas drásticas”, en un contexto en el que su Gobierno ha diseñado una política similar a la de su vecino salvadoreño Nayib Bukele para hacer frente a la violencia de las pandillas. Castró anunció en noviembre una política de seguridad política, que incluye estados parciales de excepción para combatir el crimen en 120 comunidades, donde además ha desplegado militares y policías para retomar el control de esas zonas y han suspendido las garantías constitucionales de los ciudadanos. “Conmocionada por el monstruoso asesinato de mujeres en Cefas, planeada por maras a vista y paciencia de las autoridades de seguridad. Mi solidaridad con familiares. Convocado a rendir cuentas al Ministro de Seguridad y al presidente de la Comisión Interventora. ¡Tomaré medidas drásticas!”, dijo la mandataria a través de Twitter tras la matanza en la cárcel de mujeres.
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